martes, 6 de diciembre de 2011

Un nuevo comienzo.

Me siento bastante mal hoy, es como un bajón que te quema el cuerpo. Un quemazón que te sube por la garganta. Algo inexplicable que no puedes parar. Estas mal por un motivo concreto, motivo que no quieres mostrar a nadie más. No se atreven a decir la palabra 'pronto' por que ni ellos lo saben. No son capaces de adivinar el tiempo de su letargo. Duele pensar que después de tan poco tiempo puedas seguir queriéndolos, aunque no los conozcas y seguramente no los vayas a conocer nunca. Duele pensar que jamás regresen y que no puedes disfrutarlos como tu hubieses querido desde un principio. Sabes que se pueden ir sin despedirse y dejarte con la palabra en la boca. Saben que se van sin mirar hacia atrás, mirando hacia el futuro sin saber por que camino virar. Mis disculpas en adelanto por no haberlo podido hacer antes. Un adiós puede cambiarte la vida, puede estar ahí de por vida. Una espina clavada en el corazón que no puedes quitarte. Aunque intentes ser feliz y sonreír no puedes, es demasiado doloroso recordar el momento concreto en el que su mano te despedía. Cada lágrima, cada sensación que te hacen sentir con cualquier cosa que hagan siempre estará presente. Mucho más que después de su ida hacia las tinieblas. Las cartas están echadas sobre la mesa, todo puede ocurrir. No sabes donde puede ocurrir la próxima vez, todo volverá a la vida. Este no es un adiós, es un nuevo comienzo.

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