Causado.

Pudiste ser aquel que siempre conocí. Con todas aquellas cosas que pudiste haber pasado y jamás pasaste. Tantos recuerdos que el viento se llevo con él hacia un mundo que nunca conocerás. Hacia el mundo de los vivos en el que tú ya no estás ni lo estarás nunca. ¿Qué hay detrás de la muerte? Nada, solo vacío. Ni resurrecciones ni reencarnaciones en una nueva persona. Sólo oscuridad, tal oscuridad que no te deja ni ver. Toda la eternidad solo, sin nadie que te acompañe en ella. No solo te ha esperado ese destino a ti, si no que le espera a todo el mundo. El destino del que todos quieren escapar pero nadie se libre de él. ¿Sabes lo que he oído? Muchas personas están asustadas por la muerte, pero yo creo que tienen mucho más miedo a la vida. A vivir en sí. A vivir con todas esas personas a las que no les importas, a vivir con esas personas que quieren hacerte creer que les importas. Tengo demasiadas cosas que contarte pero estás demasiado lejos ahora como para decírtelo. Ya no hay tiempo, ya no hay nada que te impida vivir del dolor que te han causado.

El problema.

¿Dónde irás cuando todo se haya acabado? ¿Dónde irás cuando la ciudad se torne de la sangre de las personas que lucharon por nada? Yo lo sé, te esconderás cual vil cobarde que no sabe ya ni por donde correr. ¿Cuál es el problema? El problema no es ni mio, ni suyo y quizás tampoco ni tuyo. El problemas no es de nadie, el problema nació el solo. Nadie le llamó, nadie le dio vela en este entierro. Las inseguridades y los perjuicios fueron su alimento durante años y años. Tiempo en el cual fue creciendo cada vez más hasta alcanzar límites insospechados. El problema que crece oscuro por el dolor que se sufre, el problemas que se apodera cada vez más de ti. El problema que ya te controla por completo y te hace hacer cosas que jamás pensaste que harías. El problema de esa oscura maldad que ya no se puede matar, el problema que reside dentro de ti y que ya nunca más te dejará ser libre. Y ya, al llegar al final de tú vida, ese problema no muere contigo. No, él es demasiado listo como para dejarse ir. Él vive, él lo dice, él quiere sobrevivir, él DEBE sobrevivir. Siempre tendrá la última palabra. Porque tú no serás el cobarde, lo será el problema.

Día 1.

Día 1 de las oportunidades secretas:
Después de tanto tiempo pensándolo, empezar una y otra vez sin tener ningún resultado por mí parte me estresa demasiado. Así que por una vez en la vida me hago una rutina, paso de dejarlo todo para el final y me empiezo a tomar las cosas algo más en serio que antes. Sobre todo algo así llamado estudios y esas cosas que me amargan la vida. Desde hoy prometo que este año será diferente para darle en las narices a todos aquellos idiotas que sólo desean el mal ajeno. Por ello y por mera satisfacción, los dejo atrás para hacer lo que me salga de los mismísimos ovarios ya que nadie me va a impedir hacer lo que quiera.

Good for you.

¿Qué se supone que pinto yo en esas conversaciones? Siempre estoy fuera de lugar, nada me interesa sobre ello pero sin embargo ahí sigo, como una inútil. ¿Para qué seguir con esa mentira que todos sabemos que acabará mal? No me importan nada, ni el aire que respiran ni cuantos latidos da su corazón cada minuto. No me importa, nada de nada. ¿Parecía que sí? Entonces hice de maravilla mi trabajo. ¿Tratar de caer bien a la gente? Nunca. Paso de todas estas chorradas que no llevan a ninguna parte, me quito de esto. Estoy retirada de las mierdas a las que nadie parece importar. ¿Hasta cuando te vas a dar cuenta de que no me importa una puta mierda lo que pienses o dejes de pensar? Hoy lo he podido comprobar de primera mano, la libertad de expresión no existe en este mundo. Ni ha existido nunca, ni va a existir. ¿Por qué? Saca tú tus putas propias conclusiones, no te lo tengo que dar todo hecho. ¿Crees que van a cambiar? Bien por ti idiota, pero espera mejor sentado no vaya a ser que te canses de tanto esperar.