sábado, 15 de junio de 2013

Crónicas de la muerte.

En medio de la noche, cuando los cuervos claman a la muerte, ella dejó de respirar. Todo rastro de vida que todavía quedaba en ella se esfumó para siempre. No más sonrisas, no más lágrimas, no más nada. Todo había acabado, las esperanzas puestas en su futuro se apagaron con el soplido de la oscuridad. No más alegría y no más sufrimiento, se acabaron las noches en vela pensando en que el mundo estaba mejor sin ella. Cayó, una nueva víctima. Eso es lo que consiguen, eso no el lo que se merecen. La vida arrebatada de un alma en pena inocente cae sobre los hombros de algún culpable. El remordimiento al saber, que por su culpa, alguien más se ha largado por su estúpida avaricia. ¿Lo viste? Aquellos ojos sin expresión alguna que te miraran a lo lejos como si no tuvieras la culpa de nada. Aquellos ojos se han apagado por completo, la luz que había detrás ya no está. Se la han llevado a rastras al infierno por culpa de una absurda apuesta. Uno de vosotros debía perder y el destino ha querido que fuera ella. ''La más débil'', pensarás. Pero en el fondo de tú ser, cada día, sabrás que tú la mataste. Toda pesadilla durante la noche que te haga despertar sudoroso te hará recordarlo cada día más. Hasta el punto en el que no puedas más y desaparezcas en la oscuridad como ella.