martes, 25 de septiembre de 2012

Personalidad renovada.

Bien, quizás todo vaya como lo preví. Siempre va a haber algo que salga mal. Unos nervios de última hora, un cambio de opinión, que te la claven por la espalda... Sí, esas cosas que ya sabeis y que a todos más de una vez nos han hecho porque sí. De repente alguien de tú entorno dice algo sobre tí de manera burlesca. Quizás por fuera sonrias hacia él, pero por dentro estás más que dolida por ello. Y entonces piensas: ''¿de verdad voy a seguir dejando que lo sigan haciendo día tras día sin descanso? Jodiéndome la vida poco a poco hasta el punto de desmoralizarme. De dejarme a la altura del barro y más abajo aún.'' Te despiertas un día y piensas: ''estoy buen, estoy bien... Voy a morir.'' Cambias tanto por caerles bien que ya no queda nada por lo que ser tú misma. Ya no encuentras nada por lo que viviste en tiempos pasados, sólo encuentras vacío. ¿Y qué hay a cambio? NADA, ¿sorprendida? Desde el primer momento pasaron de tí, ¿qué esperabas? Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Siempre quedaron partes de nuestro antiguo yo en el baúl. ¿Sabes lo que tienes que hacer? Sacar esas piezas perdidas y reformarte de nuevo a tú gusto. Buscar nuevas metas y conseguirlas, sin que te importe una mierda todo lo que te digan o que te echen. Sólo tú y tú personalidad renovada.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Hoy es nuestro día.

Hoy es el día en el que empezamos de cero. Nuevos sueños y nuevas metas que compartir. No voy a esperar nada nuevo de este nuevo año, pero a la vez siempre quieres cambiar tú maldida vida de una vez. Hacer algo por lo que sentirte orgulloso, algo por lo que al final del día sonreirás. Hoy en el día en el que todos nos prometemos hacer algo nuevo, algo nuevo que terminaremos. ¿Para mí? He empezado un libro y no pararé hasta acabarlo. ¿Para vosotros? No lo sé, quizás el comienzo de una nueva vida lejos de todos los que quereis. Este año he cambiado de instituto, he entrado en bachiller y todo se complica algo más. Pero bueno, eso no interesa. Hoy es el día en el que nos levantamos de una maldita vez del sofá y salimos a la calle a conseguir lo que queremos de una vez por todas. El día en el que nos prometemos a nosotros mismo que por fin todo va a ir bien y que de verdad va a ir bien de una vez por todas. Decirle al mundo que aquí estamos y que no vamos a parar nunca. Los límites los pone uno mismo, son tus metas y si son infinitas nunca sabes lo que vas a encontrar en el camino. Ya basta de ser pisados por la mayoría, ya es hora de ser nosotros nuestra propia multitud. Es hora de saber que lo hemos conseguido después de tanto sufrimiento pasado.

martes, 11 de septiembre de 2012

Nos desmoronamos.

Nuevos mensajes de texto: ''Sólo suicídate y deja este mundo''; ''Tú, guarra, no eres buena para nadie. Lárgate de aquí''; ''¿Para que quieres seguir aquí si nadie te quiere? Anda, suicídate y hadnos un favor a todos''... Y así durante meses, ya no lo podía soportar más. Todo había llegado a un punto donde ya no podía controlarlo, se me había ido de las manos. Sí, me hecho la culpa a mí misma porque es lo que la puta sociedad me ha enseñado a creer. Lo que me ha enseñado a sido a no confiar en mí misma, me ha hecho obligarme a ser algo que no soy. Me ha hecho cambiar de personalidad totalmente, ¿y para qué? Para satisfaces sus delirios de superioridad. Me ha hecho cambiar hasta tal punto en el que ni siquiera me reconozco a mí misma. Todos ellos, te juzgan sin saber nada. Todo va bien hasta que te hartas de todo, llegar a un punto de inflexión en el que les dices todo. Las palabras que decimos cuando estamos enfadados, son las palabras que siempre quisimos decir pero que no nos atrevimos a decir en su momento. Me dirigí hacia el baño de mi habitación. Encencí la luz del espejo y saqué un pequeño neceser de la parte de debajo del lavabo. Lo abrí y saqué una de las cuchillas. La miré cerca de la luz tenue y me dije a mí misma: ¿seguro qué lo quieres hacer? Tienes una vida por delante, años que te perderás si lo haces y quizás mañana a la vuelta de la esquina encuentres la felicidad. Basta ya de echarse las culpas por todo, basta ya de sentirse mal por todos esos imbéciles que hay ahí fuera. Nos desmoronamos, sí, pero volvemos a defendernos una vez más.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Asylum

Una vista pequeña. Una habitación oscura llena de recuerdos horribles. Nada de luz, nada de felicidad, nada que te haga sentirte mejor. Al rededor, ningún lugar en el que ocultarse de los enfermeros. Bata blanca y siempre con un arsenal de chistes malos sobre tú locura. Entran, te cogen y te llevan a una sala llena de luz para que interactues con los demás. ¿A quién narices le importa? Lo único que deseo es volver a la habitación, donde solo estamos mis mortales pensamientos y yo. Volver a aquella esquina que en este lugar parece ser el único sitio en el que estoy tranquila. Sólo quiero sentarme allí para siempre. Ni siquiera quiero salir de este lugar, la única cosa que pido es que no me saquen otra vez. Una vez en la sala blanca, me levantan y me llevan a una mesa donde me dan unas pastillas.''Una azul, una roja y otra amarilla'', todos los días igual. Los enfermeros me tratan como si fuera una niña inútil y estúpida. Ellos no entienden nada de nada, se les ve a la legua que odian a las personas que estamos dentro. Lo único que anhelan es el sueldo mísero que les dan a fin de mes, ni si quiera se preocupan porque estemos bien. Nos dejan en aquella sala y salen a fumarse un cigarro cada cinco minutos. Son ellos los que deberían de estar en nuestro pellejo, con esta tortura pscológica que nos hacen pasar. Más bien esto parece la típica guardería donde los padres dejan a sus hijos para quitárselos de en medio. ¿La diferencia? Que aquí hay gente de más edad.