lunes, 26 de diciembre de 2011

Compasión.

He estado ausente por unos días, sin importarme mucho las consecuencias. Pero en el fondo si que me importaban, no me daba cuenta de lo que podía influir en alguien o en algo. No sabía el daño que podemos soportar después de un límite que nos ponemos. No hay peor falsedad que la de aquellos que dicen sentir compasión, por algo que se alegran. No necesito a alguien que me esté llenando de alegrías todo el día, sería demasiado monótono. Necesito algo que me haga sentirme viva sin pasarse, sin necesidad de llegar al otro lado. No soy de aquellas que buscan comprensión cuando están tristes, soy de las que necesitan sentirse mejor y que buscan una salida para salir de ese laberinto. La soledad es algo que se debe vivir con uno mismo, etapas que debes vivir para aprender de los errores. Si lo haces con compañía, ¿cómo vas a saber si lo estás haciendo bien? Quizás cuando te vuelva a tocar, estés totalmente solo y no tengas a nadie a tu alrededor para que te ayude. Entonces es cuando te sentirás más perdido y solo. No importa lo que los demás digan cuando estás agusto contigo mismo. Si lo hacen, deberían plantearse si lo están consigo mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario