miércoles, 18 de enero de 2012

Mide tus palabras.

No tener nada contra nadie y sentirte estúpida cuando lo miras. No sentir ningún sentimiento cuando hablas con esa persona, un algo que no se puede describir. Una sensación extraña, como si no te importara nada de su vida. Como si lo dejaras pasar como si nada, sin querer conocerlo. Ni siquiera hacer el pequeño esfuerzo, el pequeño poder de comprenderlo. Escuchar sus problemas y sentir algo de empatía con él. Nada que necesitar de él, que esté delante de ti y que no seas capaz ni de mirarle a la cara por el miedo que puedes tenerle. Tener cuidado en todo lo que se dice para que no pienses que eres una antisocial, una persona tímida que no sabe relacionarse con nadie. Sentirse tan inferior que hasta te da miedo enseñar tus manos. Sentir que te hieren el alma con tan sólo hablarte. No eres capaz de vencer a tú yo interior que te dice: 'háblale y se amable. Ya es hora de sacar a la pequeña endemoniada a jugar.' No eres capaz por más que lo desees, te quedas al final de todos sin nadie con quién hablar y te sientes más sola que la una. No intentas hablar con nadie más, una pequeña palabra puede suponerte el fin. Cualquier cosa que digas puede ser utilizada en tú contra. Piénsalo, no te conocen, si dices algo, te juzgarán por ello.

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