sábado, 5 de noviembre de 2011

La tentación de pensar en la muerte.

Voy a revelarte el final de tu vida, al final mueres. No hay que ser un genio para averiguarlo, todos lo hacemos. Nacemos, crecemos, nos relacionamos, nos reproducimos y al final morimos solos. No hay nada que tú puedas hacer, ni todo el oro del mundo puede evitarlo. No importa que si eres un Don nadie o eres Miss popularidad, un día tu corazón dejará de latir frenéticamente y al ritmo de tu respiración. Nunca se puede resistir la tentación de pensar en la muerte, pensar en que habrá al otro lado. Que pasa después de esta vida, nadie lo sabe y nadie quiere responder a la pregunta. Puede que sea tan bueno que por eso nadie quiere volver o que sea tan horrible que no te dejan escapar de ella. Oscuridad, frío, soledad,... Nadie sabe lo que te espera, da igual cuantas teorías haya, al final yo elijo la mía. No quiero vivir mi vida atemorizada al pensar que puedo ir al infierno. Miro hacia el final del túnel sin encontrar respuesta alguna. ¿Me vas a negar que más de una vez pensarte en herirte a ti mismo? Pensaste en suicidarte para saber como es todo aquello, pensaste en hacer esa cobardía. A la vez hay que tener gran valentía para hacerlo. Es difícil mirar hacia atrás y ver todo lo que has vivido y pensar en todo lo que te perderás si lo haces. Nada como decirle adiós a todos y dejarlos ahí. Sin pensar en las consecuencias que ella pueda conllevar, el sufrimiento que pasarán con tu pérdida. Si quieres hacerlo hazlo, pero antes piensa en todo lo que puedes llevarte contigo.

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