martes, 1 de noviembre de 2011

Llegar a cumplir.

Todo es perfecto y agradable cuando los planes salen acorde a lo que quieres. Nada cambia para mal y siempre consigues lo que deseas. No hay peor placer que decir que vas a cambiar y a ser quien quieres ser, si a la primera de cambio vuelves a ser la misma tonta de siempre. No sirve de nada, solo para engañarte a ti misma cada vez más y más. No puedes hacer esto, simplemente no tienes derecho. Sí, lo intentas hacer con todas tus fuerzas, pero jamás conseguirás cambiar. No, no lo harás por el simple hecho de que no consigues dejar atrás sentimientos innecesarios. ¿Quieres hacer que todo te la sude? Muy bien, cierra la puerta. Haz que nadie te importe durante más de un año entero. Si lo consigues, ya podrás seguir tu camino a cambiar. Pero, ¿cómo piensas que vas a hacerlo, si cada día te preocupas más por los demás? Lo único que consigues decirme es que has cambiado, pero yo se que no es así. Siempre me estás diciendo que ya no te importa, que solo piensas en ti misma. Pero si a los cinco minutos haces lo contrario, no suena nada creíble. Cierra la puerta del dolor y de la comprensión. Tu lo aguantaste y dijiste que no te importó durante al menos media hora, más tarde volvió a importante. No hagas promesas que no puedes llegar a cumplir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario