miércoles, 23 de noviembre de 2011

Para nada.

Demasiadas opciones a tan solo una respuesta. Cambio de opinión constantemente sin saber a donde me llevarán mis actos. Elijo y elijo, nada se me da bien. Cambio de camino y no tengo ni idea de si eso será bueno o malo. Más de una vez he tratado de hacer las cosas bien cambiando de rumbo. Pero aquello siempre me ha llevado por los peores caminos. Decisiones, decisiones que me da la vida. Acertijos que debo resolver, cosas que pasan sin que tengan que pasar me arruinan la vida. Sigo por el angosto trecho que he elegido. Malas noticias llegas a donde yo estoy. El camino ha sido derruido y no tengo por donde pasar. En su lugar hay un precipicio enorme que jamás podré traspasar. ¿Que hago? Simplemente no me soy la vuelta y vuelvo a donde empecé. Sigo ese camino y por mucho que me cueste bajaré ese precipicio para subir de nuevo por la pared paralela. No dejo que ese obstáculo me fastidie, simplemente pienso una forma de pasarlo sin mover muchas piezas del rompecabezas. No puedo respirar, mis manos amoratadas no quieren seguir. Pero yo dictamino mi cuerpo y elijo seguir por mucho que me duela. Sé que me duele pero no importa, la recompensa es mucho mejor que unos simples golpes. No he llegado hasta aquí para nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario