lunes, 26 de septiembre de 2011

Felicidad.

Cuando el día se vuelve de noche todas penas quedan cubiertas por la penumbra. No queda tiempo para seguir viviendo de las alegrías de tus días pasados. Todos las mañanas son la misma rutina, nada nunca cambia. No tienes que decirme nada por todo lo que hice, mi decisión no cambiará. Paso del tiempo y la felicidad te azota. Después de tanto tiempo dentro del cajón aquello es maravilloso. No tienes ni idea de lo que sentir o de lo que decirle al mundo de tu horrible experiencia. Las noticias vienen y van, como han venido vuelven. No hay nada que pueda pararlas. Algunas pueden cambiarte la vida por completo, dejarte en estado de shock por unos minutos o incluso hacerte llorar por la emoción del momento. Sentir que un escalofrío recorre todo tu cuerpo al enterarte de algo que llevabas esperando toda una vida. Ahora mismo yo, no puedo con la gran alegría que tengo. Es tanta que no puedo contenerla dentro de mí. Necesito sacarla al mundo exterior, contagiarla al resto del mundo. Descubrir un mundo mejor, un mundo que me conoce por la muchacha de la gran sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario