jueves, 9 de febrero de 2012

Alto precio.

¿Mi alma se corrompe con el tiempo? ¿A quién le debe importar salvo a mí? Todo se acaba destruyendo, la ira nos come por dentro. El dolor de nuestros actos, nos mata de dentro hacia fuera. Todos nos acabamos autodestruyendo, matándonos, suicidándonos poco a poco. Duro es volver hacia lo que se quiere y hacia lo que se necesita. ¿Qué pasa si quiero postrar mi alma ante el altar del Diablo? ¿Qué pasa si quiero vender mi alma para ser eternamente joven? Querer llevar una vida llena de lujo y poder hacer todo lo que quiera mientras que mi cuerpo sigue joven y lo seguirá siendo por siempre. No creo que halla ningún problema, al menos no para ti. No intento darte pena, bastante das tú ya como para meterme dentro de más. Coger un cuchillo y sentir su filo sobre la carne, sobre la propia piel. Ver como la sangre sale de la herida, fluidamente. Ver como resbala por el brazo hasta caer al suelo. Seguir subiendo hasta llegar al codo, ver como la sangre no consigue parar su camino. Todo consigue acabar cuando todo se vuelve borroso. Enhorabuena, lo hicimos bien. Tú misma alma ha conseguido acabar contigo, tus penurias te han acabado por llevar al mismísimo abismo. Y créeme, allí no hay nadie para compadecerse de ti. Todos son almas en pena que se alejaron del camino correcto y que ahora pagan por ello un alto precio.

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