miércoles, 20 de julio de 2011

Anhelar.

Si alguna vez sientes pena por tu enemigo, no es tu verdadero enemigo. Sentir que todo se te va en un pequeño suspiro de la vida que tantos hay. Perder toda tu infancia en un solo momento, después de eso nada volverá a ser igual. Y si vuelve, será muy distinto a lo que lo era antes. Te odiarán, te querrán, pero siempre quedará una espina clavada en el corazón. La confianza que anhelabas ha quedado corrompida, rota por los sentimientos del pasado. Estoy esperando una respuesta, dame una buena razón para seguir creyéndote y todo irá bien. Si el mundo acabara ahora, no podremos decir que todo ha ido bien, no estaría del todo normal decirlo. Pero quién iba a oponerse a ello, nadie es perfecto. Todos somos igual de envidiosos, mentirosos, descononfiamos de todos,... Sí, exactamente, desconfiamos de todo el mundo. Nadie puede negarme que cualquiera tenemos algo, por muy pequeño que sea, que no diríamos jamás. Por más que nos lo preguntaran, por más que nos insistieran, ni por más que nos torturaran. Nadie es capaz de contradecir algo que significa tanto para él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario