viernes, 24 de junio de 2011

No puedo más.

Y ahora es cuando empieza el peor verano de mi vida. Tras haber pasado un buen año, tanto socialmente como académicamente, no me podré ir de vacaciones por culpa de mi digamos madre. Pasar un año entero sin ver a mis primos a una distancia de quinientos kilómetros desde mi posición no es una buena vida. No poder verlos, son tantas ilusiones perdidas. Perderte como crecen, como aprenden, es una sensación horrible. Olvidarte de como ríen, perder el contacto con ellos cada vez más y más. Todo esto es muy difícil de asimilar, bastante poco los veía antes. Una vez cada tres meses lo máximo, ni más ni menos. Pero más de un año... Esto es imposible de tragar. No suelo llorar ni emocionarme, pero esto no me lo puede quitar nadie. Deprimirme todo el día, llorar en cada esquina, eso para mi ya es un echo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario