jueves, 10 de mayo de 2012

Basta ya.

Esto es lo que yo buscaba cuando pedía la perfección, imperfecciones que nos hacen a todos como somos. La sensación de libertad, de dejar el juego a tú imaginación de una vez por todas. De poder tirar todos los papeles al suelo y decir: se acabó, ya no pienso sufrir más. Es tiempo de pensar que todo irá bien a partir de ahora, tiempo de empearz a creer en nosotros mismos. Tiempo de respetarnos de una vez y de sentirnos orgullosos de lo que hacemos. De empezar de cero o seguir por el anterior camino, pero que seamos felices. Dejar atrás, dejar en el pasado todos los malos momentos que nos hicieron pasar. Esos momentos en los que creímos que jamás nos volveríamos a levantar nunca más. Esos momentos decisivos en nuestras vidas en los que decidimos continuar por mucho que nos echaran encima, por mucho que intentaran hundirnos. Sí, nosotros estuvimos ahí, en primera línea luchando por lo que creíamos perdido. De luchar por lo que queríamos y por lo que necesitábamos. Es el tiempo para nosotros de colgar el dolor en la percha del ayer y caminar con la cabeza alta. De caminar rectos, ya se pasó el tiempo de mirar hacia bajo con miedo a mirar a los ojos a los demás. Basta del tiempo en el que nos sentíamos inferiores, basta de todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario