jueves, 7 de marzo de 2013

Sonrisas y lágrimas.

No creo que deba seguir siendo fuerte. Ya no sonrío ni le digo a todo el mundo que estoy bien. Ya no finjo sonrisas como solía hacer entonces. ¿Significa quizás esto que he madurado? Está muy lejos de ser verdad, sólo significa que ya ni me molesto por nada. Porque si ni siquiera me importa a mí, ¿por qué debería de importarle a los demás? Y lo más importante, ¿por qué debería de importarme lo que los demás digan o piensen de mí? Ya ha pasado mucho tiempo y acabas aprendiendo de los errores por las malas. Eso si no eres yo, caigo cada vez más en la trampa. No tengo carrera en esto de la vida y se aprovechan de ello. Te pasas de buena y esto es lo que consigues. Mentiras, traiciones, malas caras y borderías por parte de todos los que te importan. ¿Quizás me lo merezca por no darme cuenta antes? Tal vez, pero en el fondo nadie se lo merece. Nunca te rías de las desgracias ajenas, no sabes cuando te puede tocar a ti y ahí es cuando te darás cuenta cuan bajo has caído. Que de aquello de lo que te reíste en su día, se ha convertido en tu absurda vida. Todos son risas hasta que te toca a ti. ¿Y sabes que vendrá después de esto? Lágrimas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario