domingo, 3 de marzo de 2013

Crónicas de un día después.

+No tenías porque dar explicaciones de nada a nadie y las has dado. Una vez más, te traicionas a ti misma para nada. No sólo te traicionas a ti, con ello, también me traicionas a mí. Las dos somos uno, lo que le pasa a una, le pasa a la otra. ¿Por qué debería importarme algo que a nadie le importa? Y por ese algo me refiero a las dos. Ellos, tú y yo estamos hartos de nosotras, así que no entiendo porque deberíamos seguir llevándolo con nosotras. Tanto tiempo queriendo hacerte la valiente y mírate, destrozada hasta más no poder. No te mereces nada y sin embargo luchas por merecértelo. ¿Creer que así vas a poder llegar a algo? No, no vas a poder. Mírate, tan inútil como siempre. No sirves para nada, nadie te quiere y eso va a seguir siendo así para siempre. Por mucho que intentes cambiarlo, no podrás.
-¿Por qué esto siempre comienza cuando nos sentimos culpables de sentirnos felices?
+Despiertas un día y te sientes bien, pero tras unos segundos te das cuenta de la vida tan amarga que llevas y comienzas a caer hasta llegar a un punto de inflexibilidad en el que no puedes llegar más abajo. Cada día, vas acumulando cosas y más cosas que te hacen sentir mal. Y, ¿qué hacer para remediarlo? Esconderte tras una sonrisa falsa y estúpida para evitar falsas y estúpidas preguntas. Pero claro, siempre hay alguien que preguntas y siempre respondes con el falso y estúpido ''estoy bien''.
-Pero siempre habrá ciertas personas a las que les importemos.
+Quizá puedas contarlas con los dedos de la mano derecha. Nos hemos quedado atrás, llevamos tiempo perdiendo. Sólo somos supervivientes de esta guerra interna.
-Te equivocas. Desde un tiempo hasta aquí pensé que sólo eramos supervivientes. Pero no es así, somos las ganadoras.
+A veces ganar no es nada divertido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario