martes, 26 de marzo de 2013

Necios.

Olvídame, estoy esperando la llamada de la muerte. Horas, días, meses, años, toda una vida esperando para que con un simple beso, se lleve mi vida. Entrar en una profunda desesperación por vivir como lo estoy haciendo. Tener esa ansiedad que me dan día a día. No querer ni levantarme de la cama porque, ¿por quién estoy existiendo? Mejor, ¿para qué? Pienso demasiado y nada empieza a tener sentido. Desde un tiempo hasta ahora nada lo ha tenido y no quería que empezara a tenerlo ahora. Siempre han jugado conmigo, ¿por qué ahora iba a ser diferente? No quiero quedarme con los pies en la tierra, quiero irme lejos, muy lejos de aquí. Quiero que mi corazón deje de bombear y quiero que la sangre deje de fluir por mis venas. Quiero por una vez dejar de respirar, quiero ver como mis pulmones rechazan el oxígeno que respiro. Quiero que todo se paralice, no sólo por un momento, quiero que se paralicen para siempre. Quiero dejar de existir, convertirme en polvo y dejar de hacer como que le importo a la gente. Me intenté mantener lo más arriba que pude pero algo me agarró y me tiró de nuevo al fondo del agujero. Me hundió un poco más cada vez hasta que ya ni siquiera puedo salir de él. ¿Hay algo que se pueda hacer? Nadie quiere probarlo, en sí, se está demasiado bien allí abajo. Medio ida y sólo con la compañía de mis necios pensamientos.

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