domingo, 29 de septiembre de 2013

Esa voz.

¿Alguna vez has tenido esa pequeña voz en tú cabeza que te dice que no eres lo suficiente bueno? Esa voz que te atormenta día a día y que te hace dudar de ti mismo. Esa voz que saca a la superficie todos tus temores, todos tus errores y te recuerda que no eres nadie. Esa pequeña voz que empieza con un pequeño silbido pero que poco a poco, mientras que no puedes haces nada, se va adueñando de tú mente hasta el punto en el que la oyes por encima de tus pensamientos. Esa voz que te hace sentir la persona más miserable e inútil. ¿Alguna vez esa voz te ha hecho odiarte? Hay momentos en los que te derrumbas por puto abtimiento, esos momentos en los que te tumbas en el suelo porque ya no puedes más y simplemente lloras. Lloras y lloras hasta que te cansas y esa maldita aparece de nuevo y hace de las suyas. Te dice que llorar es otro signo más de lo débil que eres y te cuenta que has perdido otra batalla contra ella. Te susurra al oído que aunque desaparecieras, nadie te echaría de menos. Es más, te hace creer que ellos estarían más felices si ya no estuvieras en el mundo vagando. Porque no vales nada. No hay forma de vencerla hasta que no te venzas a ti mismo. Porque esa voz, eres tú.

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