martes, 18 de enero de 2011

Con lágrimas en el corazón.


Tú. Siempre el niñato que se cree superior a los demás. El que se cree bueno en todo y no es bueno en nada. Pero ya sabemos por qué empezasteis a venir con nosotros, solo teníais envidia. El que cree que puede llegar a lo más alto y no llega ni a lo más bajo. No sé por qué te empeñas en seguir tu vida de esa manera. Nunca lo e llegado a entender, pero claro, ¿quién te entiende? Nadie te entiende cuando hablas, te miran con cara de asco cada vez que te ven la cara y nadie te quiere. Bueno si, solo tus insulsos amigos que son como tú. Solo vosotros podríais haber destrozado una amistad a veinticuatro amigos que llevaban doce años juntos. Solo vosotros pudisteis con esa amistad tan buena, pudisteis romper los lazos que nos unían a todos. Llegasteis como un ciclón, llegasteis para quedaros. En un mes conseguisteis distanciarnos poco a poco. Pudisteis ponernos en contra con mentiras. Dejasteis claro que habíais pasado por nosotros. Destrozasteis la confianza residida en nosotros y lo fastidiasteis. Nunca llegareis a pasar por el dolor que pasamos nosotros al ver como todo lo que habíamos conseguido se desmoronaba. Se iba cayendo conforme pasaba el tiempo, no podíamos hacer nada, salvo esperar con los brazos cruzados. Ahora sentimos el dolor de haber tenido que decir  aquel “adiós” definitivo con lágrimas en los ojos. Pero sabemos por qué empezasteis a venir con nosotros, solo teníais envidia.

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